El Eastern and Oriental Express es uno de esos trenes que parecen sacados de un sueño. Mientras recorre el Sudeste Asiático podremos vivir una de esas experiencias que no se olvidan y que nos acompañarán para toda la vida.
Dentro de los grandes viajes en ferrocarril de lujo, el recorrido del Eastern and Oriental Express no es tan conocido como el del Orient Express, el Rovos Rail o el Andean Explorer y eso lo hace aún más apetecible.
De Belmond, la misma compañía del Royal Scotsman o el Andean, encontramos el lujo y la exclusividad habitual en la línea, aunque sus productos y gastronomía están adaptados a su nuevo contexto.
También los acabados de sus trenes, con sedas malasias y tailandesas, madera de cerezo y un cuidado de los detalles como solo saben hacer los mayores artesanos de Asia.
Viajar en este tren es descubrir una nueva manera de viajar, pausada y relajada, en el que los lugares más sorprendentes aparecen por nuestra ventana. Por supuesto, no solo se viaja en tren, sino que también hay paradas en diferentes destinos de interés para descubrir más que paisajes.
Aun así, se está tan a gusto en el Eastern and Oriental Express que estarás deseando volver. Volver a probar los platos del restaurante, disfrutar de un masaje en su spa, tomar un cóctel de autor en el bar o, simplemente, relajarse mirando unas vistas como en pocos otros lugares del mundo podemos encontrar.
Un tren de primera y un recorrido inolvidable hacen que este tren, aunque sea reciente, se haya convertido ya en un clásico para la jet set mundial. Un lugar en el que relajarse, disfrutar y codearse con otros privilegiados cada vez.
Recorrido del Eastern and Oriental Express
La ruta del Eastern and Oriental Express va de Tailandia a Singapur, atravesando Malasia. Así, tenemos tres países increíbles que descubrir en diferentes paradas y que nos mostrarán la cara más auténtica del Sudeste asiático.
Según la fecha y nuestra disponibilidad, podremos comenzar en Bangkok y terminar en la ciudad de Singapur o viceversa. Además, a veces hay algunos recorridos más cortos, pero en LVDS Slow Travel vamos a centrarnos en el principal, ya que es el más recomendable.
También es muy buena idea que los recorridos empiecen en estas dos capitales, dos ciudades con conexiones aéreas muy buenas y que en temporada suelen tener vuelos directos con España. Además, ambos lugares son ideales para alargar el viaje y pasar unos días en la misma.
De hecho, antes de la pandemia, Bangkok llevaba varios años siendo la ciudad más visitada del mundo, lo que sirve de claro ejemplo de su atractivo. Singapur es también un destino emergente, tanto por la propia ciudad como por ser habitual que funcione como una parada intermedia entre dos vuelos largos, parando uno o dos días para conocer el lugar.
Para entender mejor que vamos a ver en este tren de lujo, vamos a hablar de las diferentes paradas habituales que encontraremos en el Eastern and Oriental Express.
Singapur
No podíamos empezar el recorrido en una ciudad más interesante que Singapur, epítome de la mezcla entre modernidad y tradición. Se trata, además, de una ciudad multicultural con muchos barrios llenos de color como pueden ser Little India, Chinatown o el barrio árabe, ideal para hacer compras en sus bazares.
Dicen que la comida callejera de Singapur, también mezcla de las distintas culturas que la habitan, es la más interesante del mundo, así que no te montes en el tren sin probar alguna de sus especialidades.
Seguro que tienes en la mente la parte más moderna, con los jardines Gardens by the Bay, que en lo alto de tres rascacielos cuentan con un increíble espectáculo de luces por la noche. Pasear de día por la Skywalk OCBC, su pasarela, te permite ver las mejores vistas de la ciudad.
Singapur está construida sobre un archipiélago, por lo que tener que ir de una isla a otra para conseguir cosas es también muy interesante. Incluso podemos ir a unas playas tropicales fantásticas en la isla de Sentosa.
De hecho, en Singapur todo empieza en el mismo aeropuerto, donde se encuentran los jardines Canopy Park y su Rain Vortex, la cascada interior más alta del mundo.
Kuala Lumpur
La siguiente parada en el Eastern and Oriental Express nos lleva hasta la capital de Malasia, Kuala Lumpur. Por supuesto, no podemos irnos de la ciudad sin subir a las Torres Petronas, el edificio más alto del mundo desde 1998 a 2003, lo que supone el mayor periodo de tiempo en el que un edificio ha mantenido esa denominación gracias a sus 452 metros de altura.
Ubicadas en el llamado triángulo dorado, se trata de la zona financiera, que también cuenta con el mejor ambiente nocturno, pero como haremos noche en el tren podemos ir en busca de otros atractivos.
Por ejemplo, la Plaza Merdaka, los barrios indios y sus templos y chinos de la ciudad o sobre todo, las Cuevas Batu.
Estas cuevas están situadas a unos 13 kilómetros del centro de la ciudad y cuentan con unas hermosas escaleras de colores que parecen interminables. Aunque sea pesado, merece la pena llegar arriba y entrar dentro de la cueva. En el interior hay diferentes templos hindúes llenos de color, que te ofrecen un contraste muy llamativo con la inmensa cueva natural.
Cameron Highlands
Aún en Malasia, Cameron Highlands es otra zona muy interesante donde el Eastern and Oriental Express hace una parada. Se trata de una zona más elevada, donde los malasios les gusta ir de vacaciones porque hace menos calor que en la costa y los valles.
Es, además, una zona famosa por sus plantaciones de té, que podremos atravesar durante el viaje. En la parada que haremos en la zona tendremos dos opciones diferentes, según lo que nos apetezca.
Si queremos disfrutar de su naturaleza, realmente increíble y muy diferente a la del resto del viaje, podremos hacer un trekking entre las montañas. Es un trekking sencillo y apto para todos los públicos, pero requerirá un poco de esfuerzo físico.
Otra opción es hacer una degustación de té, probando las distintas variedades que se cultivan en esta zona. La degustación se lleva a cabo en la plantación, pudiendo ver todo el proceso desde que se planta la planta hasta que llega a la taza.
Penang
Antes de llegar a Tailandia, tenemos una última parada en Malasia en la increíble y vibrante ciudad de Penang. Para ello, dejaremos el tren y cogeremos un barco que nos llevará a la isla donde se encuentra la ciudad y el Parque Nacional de Penang donde podremos hacer alguna excursión opcional.
Si nos quedamos en la ciudad no podemos olvidar probar el laksa, su plato típico, una sopa de fideos muy condimentada (cuidado con el picante) y otras de sus especialidades en sus puestos callejeros, especialmente en la zona de los muelles chinos.
La parte colonial de Georgetown es también muy interesante y merece parar antes de visitar el barrio hindú y disfrutar de sus templos llenos de color. Ver sus mezquitas, su arte callejero y sus edificios típicos es perfecto para conocer más a fondo esta ciudad llena de historia.
Koh Chan
La parada comienza en Baan Huay Yan, un pueblo pesquero con encanto del que no querrás moverte. Sin embargo, ponerte en marcha y coger el ferry preparado hasta Koh Chan merece la pena. La llamada isla elefante es un verdadero paraíso de playas tropicales y selva, uno de los grandes secretos de Tailandia.
Más allá de disfrutar de la playa y el paisaje, tendremos que ir hasta Hat Wakanon Beach para una tomar barbacoa de pescado. Probablemente nunca hayas comido un pescado tan fresco y sabroso. Tras pasar el día en la isla toca volver al tren, pero seguro que te quedas con ganas de volver a este increíble paraíso thai.
Bangkok
Para acabar, llegamos (o empezamos) a la capital de Tailandia. Bangkok es una ciudad única, en la que cualquier persona encontrará miles de cosas qué hacer. Al ser la última parada del viaje, siempre es recomendable quedarse unos días más para disfrutar de todo su potencial.
En el apartado de templos, no podemos irnos de la ciudad sin visitar el Gran Palacio y el Templo del Buda Esmeralda con su cúpula dorada, el del Buda inclinado y el espectacular Templo del Amanecer. Hay muchos otros increíbles, pero al menos tenemos que visitar estos tres.
Por supuesto, ninguna visita a Bangkok estará completa sin recorrer sus canales. Una de las opciones más interesantes y divertidas es visitar su mercado flotante, encontrarás de todo y la experiencia será inolvidable.
Tampoco nos podemos olvidar de la Bangkok más contemporánea, de miradores y azoteas en las que tomar un cóctel. Un complemento perfecto a una ciudad que respira historia pero también vanguardia y modernidad.
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