¿Qué ver en la Antártida?

Una vez que has descubierto que es posible viajar hasta el extremo del mundo, saber qué ver en la Antártida es el siguiente paso lógico. Sin embargo, y a diferencia de otros destinos, aquí no hay tantas opciones donde escoger.

Las expediciones a la Antártida, porque más que viajes son expediciones, cuentan con unas paradas determinadas según el viaje que elijamos. Y, de todas formas, muchas de esas paradas están sujetas a cambios según las condiciones atmosféricas.

Debemos tener en cuenta que la Antártida es un lugar remoto con unas condiciones climáticas bastante extremas. Aunque generalmente en verano se puede visitar de forma agradable, hará mucho frío y puede que el clima no siempre acompañe.

Aun así, llegar hasta la Antártida, el lugar más lejano al que podemos viajar, es una experiencia que merece la pena. Los paisajes son increíbles, pero más allá de eso, unas vacaciones en la Antártida te acercan a un lugar desconocido, al que solo unas pocas personas han podido ir a lo largo de la historia.

Aunque a la Antártida se puede ir también desde Australia, Nueva Zelanda o en vuelo desde Sudáfrica, en este artículo vamos a hablarte de los lugares que ver en la Antártida si viajas desde Chile o Argentina, que es la mejor manera de descubrir el continente helado.

En Chile, las expediciones surgen desde Punta Arenas, mientras que en Argentina hacen lo propio desde Ushuaia. Nosotros recomendamos combinar este viaje a la Antártida con una parada en Buenos Aires o Santiago de Chile.

Islas Shetland del Sur

Shetland del Sur

Las islas Shetland del Sur son la entrada en la Antártida para la mayor parte de las expediciones. Se trata de un archipiélago formado por once islas principales, así como varias decenas de islas más pequeñas.

Son islas de origen volcánico, con un 80% de su superficie compuesta de glaciares aunque también hay volcanes, playas y elevadas montañas.

Se trata de la zona en la que la Antártida y el Cono Sur están más cerca, lo que explica que siempre se suelan visitar. Además, hay bastantes bases científicas permanentes en este archipiélago, al tratarse de la zona de la Antártida con un clima más benigno. También hay otras bases científicas que solo se habitan en verano.

En las visitas turísticas a estas islas se suelen visitar algunas de las bases, generalmente las argentinas o chilenas, dependiendo de qué nacionalidad sea la expedición turística en la que viajemos.

En total, hay 18 bases científicas divididas entre las islas Rey Jorge, Decepción, Media Luna, Greenwich y Livingstone, que son también las islas más importantes. Los países que tienen bases científicas en las islas Shetland del Sur son España, Chile, Argentina, Perú, Polonia, Estados Unidos, Bulgaria, Rusia, China, Brasil, Corea del Sur, Uruguay y Ecuador.

Solo Estados Unidos, China, Brasil, Argentina, Corea del Sur, Polonia, Uruguay y Rusia tienen bases permanentes.

A continuación, vamos a ver las tres islas más habituales que visitar: Rey Jorge, Decepción y Livingstone.

Isla Rey Jorge

Isla Rey Jorge

La isla Rey Jorge es la isla más importante de las Shetlands del Sur. Cuenta con diez bases científicas, siendo nueve permanentes, con la excepción de la Base Machu Picchu de Perú.

Esta isla destaca por tener un clima más suave, con temperaturas que van de los -10º a los 5ºC en verano. Las llamadas islas Pingüino dentro de las Shetlands del Sur, que son Rey Jorge, Livingston, Elefante, Media Luna y Decepción, comparten este clima tan favorecedor respecto al resto del continente.

En la isla Rey Jorge hay una base aérea, siendo el lugar al que se puede llegar volando para empezar la aventura antártica. La otra opción es llegar en barco desde Punta Arenas o Ushuaia.

Como curiosidad, los habitantes permanentes de las bases de la isla Rey Jorge están obligados a estar operados del apéndice. Al estar a 900 kilómetros del hospital más cercano y con los inviernos en los que es imposible salir de la base, no podrían llegar a tiempo a la operación.

Los turistas solo pueden visitarla de noviembre a abril, coincidiendo con el verano austral. En esta isla destaca también la iglesia ortodoxa rusa de Santa Trinidad, el único monumento de la Antártida.

Isla Livingston

Isla Livingston

La otra isla más importante de las Shetlands del Sur es la isla Livingstone. Aquí se halla la base española de Juan Carlos I, la chileno-estadounidense de Shirreff y la búlgara de San Clemente de Ohrid. Las tres bases solo se habitan durante el verano.

La isla Livingston es otra de las Islas Pingüinos que presentan temperaturas más agradables. Se llaman Islas Pingüinos porque podemos ver pingüinos tanto Papúa como Barbijo y Macarroni. También hay petreles, elefantes marinos, focas y palomas antárticas, entre otras visitas.

Sin embargo, en esta isla lo que más destaca son los lobos finos antárticos, una especie de lobos marinos que tienen en la isla su principal centro de reproducción.

Curiosamente los primeros en llegar a la isla Livingston fueron los españoles. En el año 1819 el navío San Telmo capitaneado por Rosendo Porlier Asteguieta, naufragó frente a la isla, creando un campamento cuyos restos se han encontrado recientemente.

Un año después, en 1820 William Smith descubriría oficialmente la isla. Desde entonces aparece en los mapas.

Isla Decepción

Isla Decepción

Para acabar con las principales islas Shetland del Sur que se pueden visitar tenemos que mencionar Isla Decepción. En esta isla hay otra base científica española, la Base Gabriel de Castilla.

Se trata de una isla que destaca por su playa, en la que los más atrevidos se atreven a bañarse durante el verano. Aun así, las aguas son gélidas y la temperatura exterior, de 5º grados como máximo, tampoco ayuda.

Eso sí, la experiencia de haberse bañado en el Océano Glacial Antártico hace que para muchos merezca la pena el riesgo de hipotermia. Para los que no, se trata de una isla muy hermosa que también cuenta con pingüinos, leones marinos y focas, así como diferentes tipos de aves.

Canal Lemaire

Canal Lemaire

Otro de los lugares imprescindibles que ver en la Antártida, ya lejos de las islas Shetland del Sur es el Canal Lemaire. Estamos ante un canal situado entre la costa oeste del continente, llamada Costa Graham, y la isla Booth. El Canal transcurre entre hermosos acantilados que lo convierten en una de las zonas más fotografiadas del continente.

De hecho, popularmente al Canal Lemaire se le conoce como el Paso Kodak. ¿La razón? Porque al pasar por allí solo ven los flash de las cámaras Kodak de los turistas. Es uno de esos lugares que, de todas formas, impresiona mucho más en directo que en fotografías.

Se entra entre los dos picos Una, dos torres de basalto negra nevadas en su parte superior de 747 metros. A partir de ahí nos adentramos en canal que tiene once kilómetros de longitud y entre 700 metros y 1,6 kilómetros de ancho, con una profundidad de 150 metros.

Más allá de los Picos Una, hay otros picos que alcanzan los 1000 metros de altura, que hacen más impresionante el recorrido. La fauna terrestre incluye pingüinos Adelia, pingüinos Macarroni y focas cangrejeras. En el agua, por su parte, encontramos orcas, yubartas, delfines cruzados y ballenas minke.

Aunque es una parada habitual en las visitas a la Antártida, es una zona con icerbergs, lo que hace que a veces haya que cambiar el recorrido.

Paradise Harbor

Bahía Paraíso

Paradise Harbor o Bahía Paraíso es uno de los lugares más interesantes del viaje ya que es una de las pocas paradas que se hacen en el mismo continente de la Antártida y no en las islas junto a él. Dentro de las zonas continentales de la Antártida es también la que tiene un clima más benigno con una media anual de 5ºC bajo cero.

En la Bahía Paraíso hay dos bases científicas que se suelen visitar en las excursiones. La más interesante es la Base Presidente Gabriel González Videla, chilena, ya que cuenta con un pequeño museo con una galería fotográfica en la que se cuenta como era la vida en los primeros años de la misma, durante el siglo pasado.

La otra base es argentina y se llama Base Brown. Es la más moderna, ya que cuando era una base habitada durante todo el año el médico residente perdió la cabeza y le prendió fuego, teniendo que ser desalojados. Tras el incidente, se recuperó la base, pero se decidió que fuera habitada solo durante el verano, justo como sus vecinos chilenos.

El paisaje, repleto de glaciares, acantilados y montañas, es increíble, aunque lo que más destaca es la fauna. Las dos bases tienen colonias de pingüinos papúa, incluyendo una familia de pingüinos albinos en la base chilena. También se ven a veces pingüinos adelias.

Por otra parte, tenemos que mencionar las aves, entre las que destacan los cormoranes, las escuás, los preteles y la paloma antártica.

No siempre, pero a veces también visitan la zona las esquivas focas leopardo, las focas de Weddell y las focas leopardo. En el mar, son muy habituales las ballenas minke.

Puerto Lockroy

Cabaña en Port Lockroy

Puerto Lockroy es la parada más imprescindible de la Antártida. Es, de hecho, el primer campamento estable que se construyó en la zona a partir de 1911, como refugio y fuente de agua para los barcos balleneros. Una de las paradas de rigor de todos los viajes que se preguntan cómo viajar a la Antártida.

Después fue una base militar británica durante la II Guerra Mundial y, tras la guerra, pasó a convertirse en una base de investigación científica sobre botánica, geología, meteorología e investigaciones ionosféricas hasta el año 1962.

Después se abandonaría hasta los años 90 y en el año 1996 se abriría al público como museo. En la actualidad es el museo más importante de la Antártida y un lugar fantástico para visitar. En la isla hay una pista de aterrizaje para aviones con esquí.

Además de por su museo, Puerto Lockroy destaca por sus ballenas minke y jorobadas y, sobre todo, por sus pingüinos. En la isla se ha realizado además un experimento para observar cómo afecta a los pingüinos la presencia de turistas.

Así, en la mitad de la isla los turistas pueden ver a los pingüinos con naturalidad, pero en la otra mitad no pueden acceder, pudiendo desarrollar los pingüinos su vida sin interferencias externas. Por el momento no se ha comprado ninguna diferencia entre las poblaciones de pingüinos de cada mitad de la isla, por lo que parece que la presencia humana no les afecta en demasía.

Isla Cuverville

Isla Cuverville

La isla de Cuverville o isla Cavalier de Cuverville como se llamó en su momento por sus descubridores belgas, es otra parada habitual en la Antártida. En este caso, se trata de la principal colonia de pingüinos Papúa en la Antártida. No verás tantos pingüinos en ningún otro sitio.

Se trata de una isla oscura, de basalto, situado frente a la Costa de Graham en el llamado canal Errera. La isla está ubicada entre la península Arctowski y la parte norte de la isla Rongé.

La isla no está cubierta de nieve todo el año, sino que incluso crecen especies vegetales como líquenes o musgos. Esto la convierte también en un lugar ideal para ver aves, siendo uno de los destinos preferidos por los ornitólogos en la Antártida.

Isla de la Circuncisión

Isla Petermann

La isla de la Circuncisión, también conocida como isla Petermann es el lugar más al sur que se suele visitar en la Antártida. Cuenta con un refugio argentino y solo dos kilómetros de largo.

Con grandes paredes de granito, esta isla de solo dos kilómetros de largo es muy fotografiable. Al estar más al sur, suele haber nieve durante todo el año pero también zonas de líquenes y musgos, aunque también hay pingüinos Adelia y Papúa. Es el lugar más al sur donde viven estos pingüinos, más allá de Circuncisión el frío extremo no les permite siquiera a ellos vivir.

Si quieres disfrutar de todo lo qué ver en la Antártida, consulta con nosotros. Estaremos encantados de prepararte un viaje al continente helado.

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